En el entorno organizacional actual, el gestor de la información cumple un papel estratégico al garantizar que los datos sean accesibles, confiables y relevantes para la toma de decisiones.
Su labor no se limita a almacenar o proteger información, sino que implica transformar datos en conocimiento útil para los diferentes niveles de la empresa.
Este profesional identifica fuentes confiables , valida su calidad y estructura los datos de forma que los tomadores de decisiones puedan interpretarlos fácilmente.
Según Turban, Sharda y Delen (2020), una gestión efectiva de la información permite a las organizaciones detectar oportunidades, anticipar riesgos y optimizar procesos. Así, el gestor se convierte en un facilitador clave para tomar decisiones empresariales informadas, apoyadas en evidencia y alineadas con los objetivos estratégicos de la organización.